ARRIOSTRAMIENTOS

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Los arriostramientos son elementos de vital importancia dentro de una estructura. A pesar de considerarse elementos secundarios, conviene no prescindir de ellos para asegurar el buen comportamiento estructural y evitar desplazamientos.

La misión principal de los arriostramientos transversales empleados en vigas es reducir la inestabilidad y absorber posibles desplazamientos provocados por el viento por su presión sobre las paredes, así como las fuerzas de inercia originadas por los puentes grúa en su movimiento. Es decir, los arriostramientos rigidizan o estabilizan la estructura impidiendo o limitando parcialmente los desplazamientos y deformaciones de la misma.

El arriostramiento debe estar correctamente posicionado y tener una resistencia y rigidez adecuadas. Es esencial proveer arriostramiento que sea lo suficientemente fuerte y rígido en todos los puntos que se supone van a estar restringidos en los cálculos de diseño.

 

USO EN CUBIERTAS. Se emplean pequeños perfiles angulares o tirantes de redondo o pletina. Junto con los cordones superiores de los dinteles y las correas, se disponen en cruces de San Andrés para absorber el efecto del viento y limitar la inestabilidad debido a la compresión que los dinteles o cordones superiores de las celosías producen en el plano de cubierta. Para mayor efectividad deben colocarse en los módulos extremos de la nave, cada tres o cuatro módulos.

ARRIOSTRAMIENTOS LATERALES. Absorben la acción del viento en los muros frontales, así como las fuerzas de inercia originadas por los puentes grúa en su movimiento. Sirven de apoyo a las vigas de celosía que constituyen el arriostramiento de cubierta a la altura de los faldones. Cuando se construyen varios edificios en paralelo, se recurre a arriostramientos interiores que sirven como pórticos de frenado.

Cuando la estructura del edificio permite que el material de cierre  de las paredes laterales soporte por sí mismo la inercia, no es necesario disponer de arriostramientos. Por el contrario, si el cerramiento es ligero, el arriostramiento lateral es necesario para dar rigidez longitudinal a la nave.

Se disponen en base a la longitud de la nave: sólo en los módulos extremos para naves de hasta 40 m y cada cuatro o cinco módulos (junto con los módulos extremos) en el caso de naves con longitudes superiores.

 

Como vemos, arriostrar una estructura nos permite reducir enormemente los desplazamientos de la misma a la vez que nos permite ahorro de material. Una estructura arriostrada hace que los pilares dejen de trabajar como ménsulas, al existir unos elementos triangulados más rígidos que hacen que estos trabajen a tracción/compresión transmitiendo de esta manera los esfuerzos  a la cimentación en vez de por flexión como hacían los pilares.

Existen varias tipologías con distintas efectividades y ventajas.

Los arriostramientos en X son los que más rigidizan la estructura, mostrando un comportamiento más lógico y uniforme de la estructura.

La V invertida da resultados buenos aunque puede penalizar la viga donde se apoya la V del arriostramiento.

Si los arriostramientos son muy largos, podemos partir las luces mediante triangulaciones usando los arriostramientos en forma de tela de araña. Nos permite adaptarnos, al igual que los de V, a geometrías distintas en las que por ejemplo, necesitemos salvar una puerta.

 

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